VILAFRANCA DEL PENEDÈS CALIENTA MOTORES PARA SANT FÈLIX


La Capital del Vino tiene en las torres humanas su otra gran seña de identidad. Y el 30 de agosto, fiesta de su patrón, Sant Fèlix, vivirá la cita álgida de su temporada 

Viñas y castells maridan a la perfección en la Capital del Vino. Y es que Vilafranca del Penedès, además de sus múltiples atractivos vitivinícolas – Vinseum, Escuela de Enoturismo, bodegas, Carretera del Vino, senderos entre viñedos–, es una de las plazas castelleras de referencia en Catalunya, con tres colles. El 30 de agosto, coincidiendo con su Fiesta Mayor, Sant Fèlix, la localidad llega a uno de los momentos álgidos de su temporada castellera, que se prolongará hasta el 1 de noviembre. Dos intensos meses para vivir el espectáculo de una fiesta declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2010.
  
‘Hacemos piña… y hacia arriba, hacia arriba!’. Así de simple –pero muy laboriosa de realizar- es la consigna de los castells, una de las tradiciones festivas más importantes de Catalunya, consagrada a nivel mundial al ser declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2010. Y la mejor representación física del espíritu solidario, plasmado en la idea de que ‘la unión hace la fuerza’. 

Los castells, cuyo origen se remonta al llamado Ball de Valencians, se gestaron hace dos siglos en el Campo de Tarragona y fueron extendiéndose pronto hacia el Penedès, que rápidamente los acogió como otra de sus señas de identidad, además del vino, convirtiendo a Vilafranca en plaza de referencia dentro del mundo casteller.

La mejor prueba de ello es la presencia de tres colles y el Monument als Castellers, primero de Catalunya sobre esta tradición e inaugurado en 1963, muy próximo a la Basílica de Santa Maria, cuyos vitrales laterales están dedicados a los Castellers de Vilafranca y a Sant Fèlix, patrón de la localidad. El epicentro de los castells es la plaza de la Vila, sede del ayuntamiento, en uno de cuyos pórticos puede verse una cerámica con la inscripción: ‘Vilafranca, la Plaça més Castellera’. No en vano, en ella han podido verse las actuaciones de castells más importantes de la historia.

De las tres colles que tiene la localidad la más prestigiosa es la de los Castellers de Vilafranca, conocidos como ‘els Verds’, por el color de sus camisas. Fundada en 1948 y con sede en la casa modernista conocida como Cal Figarot, acoge a más de 400 castellers y castelleres de todas las edades movidos por la misma pasión: levantar castillos con los valores de la cooperación, el trabajo en equipo y el espíritu de superación. Se trata de una colla puntera, con castells inéditos y de máxima dificultad, que ha ganado el prestigioso concurso de Tarragona cinco veces consecutivas en la última década. 

La colla Xicots de Vilafranca fue fundada en 1982 y la integran más de 250 castellers y castelleres. Su sede es Cal Noi-Noi, nombre por el que era conocida a principios del siglo XX la taberna del Museo de Vilafranca, que dinamizó la vida castellera de la Capital del Vino.

La tercera es la colla Jove dels Xiquets de Vilafranca, fundada en 2010 por ex miembros de los Xicots y gente ajena a mundo casteller aunque dispuesta a difundir los valores sociales del mismo; una colla moderna pero que respeta la tradición, con unos 80 miembros. Su sede es l’Escorxador.

Los ensayos castellers son una gran atracción turística de Vilafranca del Penedès y pueden verse gratuitamente. Los ‘Verds’ ensayan los lunes (20.00), miércoles (20.30) y viernes (21.30); los Xicots, los lunes (21.30), miércoles (21.00) y viernes (22.00); y la colla Jove, los lunes (20.00) y viernes (21.30).      

De las diadas castelleras que tienen lugar en Vilafranca del Penedès, la más prestigiosa es la de Sant Fèlix, con motivo de las fiestas patronales, que tendrá lugar el 30 de agosto al mediodía y en la que competirán cuatro colles: Castellers de Vilafranca ‘els Verds’, Colla Vella dels Xiquets de Valls, Colla Joves del Xiquets de Valls y Minyons de Terrassa. Otras fiestas de la temporada son las del Roser, de los Xicots de Vilafranca, y de Sant Miquel, patrón de los Castellers de Vilafranca, ambas en octubre; y la de Todos los Santos (1 noviembre), protagonizada por los Castellers de Vilafranca y que pone fin a la temporada.

La estructura de los castells parte de la pinya, su base, que da soporte a la estructura. Esta puede ser reforzada por una segunda base, el folre, e incluso una tercera, las manilles. La parte intermedia es el tronco, que puede tener de dos a cinco pisos, y se remata con el pom de dalt, configurado por tres pisos de dos castellers, el/la aixecador/a y el/la anxeneta, un niño o niña de poco peso encargado de coronar la torre para que tenga validez tanto cargada… como descargada, si se logra desmontar sin que se derrumbre (hacer llenya). La denominación de cada castell viene dada por el número de pisos y personas que lo integran; así un ‘tres de ocho’ son ocho pisos de tres personas.

Los castells de máxima dificultad son los de 10 pisos y están al alcance de muy pocas colles –entre ellas la de ‘els Verds’ de Vilafranca– o los ambicionados castells ‘limpios’, que se construyen sin folre ni manilles. También cabe tener en cuenta a los pilars, castillos de una persona que se levantan al inicio y final de cada diada. El alzamiento y descarga de los castells se realiza al ritmo de la gralla, especie de flauta cuyo sonido forma parte de la fiesta castellera.

  • Edición periodista Jussara Maria Pires de Moura
  • Imágenes cortesía de asesoría de prensa


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