Arrancan las mágicas puestas de sol desde el Campanario de Vilafranca del Penedès

Todos los sábados, de junio a octubre, la Capital del Vino propone subir a la torre de su basílica de Santa María, convertida en un espectacular mirador


No hay nada más romántico que contemplar una puesta de sol. Y hacerlo desde las alturas, saboreando una copa de vino, puede convertir la experiencia en algo sublime, inolvidable. En Vilafranca del Penedès han añadido a sus muchos encantos patrimoniales uno sensorial: el espectáculo de disfrutar relajadamente del crepúsculo durante las veladas veraniegas sabatinas desde el campanario de su basílica de Santa María. En ese momento culmen del día, y a 52 metros de altura, la localidad y los viñedos del Penedès adquieren un color especial. 
  
El campanario de Santa María se transforma con la llegada del verano. Y además de señalizar las horas con el repicar de sus campanas o de ser objetivo fotográfico de los turistas que visitan la localidad, adquiere una nueva dimensión. Y es que durante cinco meses, de junio a octubre, convierte la velada de los sábados en una auténtica experiencia sensorial.

En el momento más mágico del día, a las 20.30 horas, cuando el sol se acuna en las lejanas montañas del Penedès, el campanario se convierte en un majestuoso mirador desde el que contemplar el mágico espectáculo del crepúsculo, cuando el cielo se tiñe de tonalidades rojizas y azules intensos, antesala de la negra noche salpicada –a veces– de estrellas. Y si a ello le añadimos saborear una copa de vino, cortesía de las bodegas vilafranquinas, la experiencia se transforma en inolvidable.

Hace casi siete siglos que un campanero llamado Sagi se encargó de poner ‘voz’ al campanario, haciendo repicar sus campanas por vez primera. Desde entonces, estas no solo han servido para marcar las horas sino también para anunciar los eventos religiosos y sociales más importantes de la Capital del Vino catalana.

Pero antes de acceder a la cúspide del campanario vale la pena visitar primero la basílica de Santa María, no en vano fue el primer edificio parroquial de Catalunya bajo los cánones de un nuevo orden arquitectónico: el gótico.

Ubicada en el corazón de la localidad, entre la plaza que lleva su nombre y la de Jaume I, y arropada por el Museo de las Culturas del Vino –VINSEUM–, el medieval palacio Baltà y el monumento a los Castellers, la basílica de Santa María se empezó a construir en 1285, donde había una capilla documentada en el siglo X. La fachada era un diseño del arquitecto Josep Brugal, de estilo renacentista. En 1903, el vilafranquino Santiago Guell la reformó aprovechando los antiguos elementos y creando la actual, de estilo neogótico. 

Son de admirar, en el exterior, las gárgolas con formas de animales fantásticos y las esculturas con cabezas humanas que representaban a los protectores de la nueva iglesia. En el interior de la basílica, cubierta con bóveda de crucería, se observa su construcción en nave única con cinco capillas laterales, un majestuoso órgano, y puede admirarse la cripta, de 1558, que acoge la escultura del sepulcro, obra modernista de Josep Llimona.

Al campanario se accede por una estrecha escalera en forma de caracol que conduce a las varias dependencias, como la sala del Ángel Veleta u otra donde habitaban los monjes responsables de hacer sonar las campanas. Este espacio lo ocupa actualmente un reloj con engranajes que data de 1929 y es una verdadera pieza de museo. 

El tramo final conduce a dos zonas de campanas. La más elevada, a 52 metros de altura, es la que alberga el mirador, desde donde contemplar la puesta de sol, con Vilafranca a los pies arropada por los viñedos del Penedès.

Las visitas al campanario pueden realizarse los sábados a las 20.30 horas, en junio y julio; a las 20.00 horas, en agosto; y a las 19.00 horas en septiembre y octubre. El precio, que incluye la copa de vino, es de 5 euros, y gratuita para menores de 12 años. Esta visitas están previstas para un mínimo de cinco personas y un máximo de 25, con reserva previa llamando al teléfono 938 181 254 o mandando un email a turisme@vilafranca.org  

  • Edición periodista Jussara Maria Pires de Moura
  • Imágenes cortesía de asesoría de prensa 


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