El artista Félix Yáñez es el creador de Territorio
Artlanza, una recreación de un pueblo medieval castellano que llega a ocupar
8.500 metros cuadrados.
En la localidad burgalesa de Quintanilla del Agua, en
pleno Valle del Arlanza, se levanta Territorio Artlanza, una inmensa escultura
que supone la recreación a escala real de un típico pueblo medieval castellano,
elaboraba a base de los materiales que su creador, Félix Yáñez, recupera de las
escombreras de la comarca. A través de las calles y plazas de esta obra de
arte, los visitantes reconocerán edificios populares como la escuela, el
calabozo, la taberna, el horno de pan, la botica, la ‘bodega del abuelo’ así
como tres museos visitables: uno etnográfico, uno de cerámica y otro de
fotografía, con imágenes de hasta cien años de antigüedad.
El Valle del Arlanza se extiende entre la Ribera del
Duero y la capital burgalesa. Es una comarca bañada por un río que no sólo le
da nombre, sino que ha sido testigo de la presencia de todo tipo de civilizaciones con el paso de
los siglos, así como hitos de la historia regional, como fue la repoblación de
la Meseta o el nacimiento de Castilla. Por este motivo, los visitantes hallarán
un terreno salpicado de interesante patrimonio cultural e histórico.
En esta comarca se alza Quintanilla del Agua, una villa
que esconde un atractivo turístico que pocos conocen: la escultura más grande
del mundo. Se trata de Territorio Artlanza y consiste en una recreación a
escala real de un pueblo castellano de la época medieval, realizada por Félix
Yáñez. El artista, natural de dicha localidad, dispone de su taller artesanal en el mismo pueblo y, desde 2008, se ha visto
inmerso en el desarrollo de esta particular iniciativa, que ha permitido dar
una nueva vida a un área recreativa familiar de 200 metros cuadrados para
convertirlo en lo que es a día de hoy: 8.500 metros cuadrados de escultura.
Yáñez es un artista del
barro y del llamado arte povera,
que en italiano significa arte pobre y que consiste en utilizar materiales
obtenidos de la naturaleza o reciclados. Por ello, para levantar Territorio
Artlanza, el escultor ha recurrido a las escombreras de las localidades del
Valle. El resultado: calles y plazas de un realismo innegable, con riachuelos y
puentes incluidos, que permiten encontrar durante su recorrido edificios
populares típicos de estos pueblos castellanos de la Edad Media, como la botica, la taberna, una escuela, una fragua, un
horno de pan, un calabozo, un lagar, etc.
Asimismo, los visitantes podrán acceder a tres edificios
habilitados como museos: uno de carácter etnográfico, otro de cerámica y un
tercero de fotografía, con instantáneas de habitantes del pueblo de hasta cien
años de antigüedad.
El artista se siente sorprendido por la gran acogida que,
entre los propios burgaleses y los turistas, tuvo desde el inicio este proyecto
–en el año 2008-, cuando no sólo se acercaban a visitar su taller artesano sino
una primera plaza que, a día de hoy, es la entrada a este pueblo irreal. El
objetivo había sido construirla para que tanto Yáñez como su familia la disfrutaran
los domingos “como un espacio donde
comer y pasar el rato al aire libre, pero resultó que cada vez más gente venía
a visitar esa primera plaza y edificios simulados”. Esto le motivó a seguir
ampliando la estructura hasta llegar a
ser lo que es hoy: Territorio Artlanza, la mayor escultura del mundo.
Texto e imágenes cedidas por Grupo RVEdipress
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