El 30% de la trufa negra que se consume en España proviene de Soria. En plena efervescencia de la recolección, repasamos sus enclaves naturales más bellos
La trufa negra es uno de los principales tesoros gastronómicos de la provincia de Soria. Este ‘diamante negro’ de la despensa soriana tiene su principal foco productor en la tierra de Pinares, epicentro de la naturaleza más frondosa del territorio, donde destacan parajes turísticos al aire libre tan inolvidables para los viajeros como la Laguna Negra y los Picos de Urbión. Son lugares donde, además, la cultura está intrínsecamente relacionada con la trufa. Así lo demuestra la Feria de la Trufa de Abejar, la más importante de España, cuya 13ª edición tendrá lugar los días 21 y 22 de febrero, o las múltiples jornadas gastronómicas protagonizadas por este producto que desarrollan numerosos restaurantes.
Un 5% de la trufa negra que se consume en el mundo proviene de las tierras sorianas. Entre la población española, este porcentaje asciende al 30%. La provincia de Soria y sus gentes se sienten estrechamente vinculadas a este ‘diamante negro’ de la gastronomía, por ser uno de los principales frutos que nacen en su suelo: anualmente, 5.000 kilos.
El invierno supone para la trufa negra el epicentro de su recolección. Una temporada en la que este hongo lo envuelve todo, desde las conversaciones en las calles hasta la programación gastronómica y cultural de la provincia. Por ello, durante estas semanas es habitual ver que decenas de restaurantes dedican su cocina a jornadas y menús especiales donde la protagonista incuestionable es la trufa negra, como con El Baluarte, en Soria capital; La Lobita, ubicada en Navaleno y con una estrella Michelin; Casa Vallecas, en Berlanga de Duero, el Trashumante, también en la ciudad de Soria; el Virrey Palafox, en Burgo de Osma, o La Barrosa, en Abejar, entre muchos otros.
A ello se suma un evento anual que saca a la calle la trufa negra de calidad. Se trata de la Feria de la Trufa de Soria, el acontecimiento más importante de España en su especie. Los mejores expertos y productores se volverán a dar cita en la localidad de Abejar en esta 13ª edición durante los días 21 y 22 de febrero. Este año, la feria incluye sorprendentes novedades, como es la presencia del chef siciliano Andrea Tumbarello, del restaurante Don Giovanni en Madrid, cuya cocina siempre dedica guiños a este preciado producto. Además, se celebrará una cata de trufa y otra de productos trufados, un taller de técnicas culinarias con trufa negra y los visitantes de la feria podrán entrar en un concurso de una trufa negra.
Soria, estallido natural
Escoja el viajero lo que escoja, un viaje inspirado en el mundo de la Tuber melanosporum estará enmarcado en una de las comarcas más bellas de Soria: la tierra de Pinares. Es la conocida Soria verde, aquella que presenta panorámicas inolvidables y esconde rincones cargados de romanticismo y emoción.
Aquí se extiende el Parque Natural de Sierra de Urbión y Laguna Negra, uno de los tesoros más preciados de la provincia. Esta Laguna, de oscura apariencia y de inquietante atractivo, se ubica a 2.000 metros de altura rodeada de una ingente masa de pinar, como si de una infranqueable muralla forestal se tratara, que dotan a este lugar de un encanto tenebroso.
Hasta los 2.228 metros se alza el Urbión, en cuyos dominios brotan dos aguas: hacia el Ebro desciende el propio río Urbión y hacia la meseta el Duero. Las vistas más impresionantes del territorio se tienen desde aquí, que incluso, en días claros, permite divisar el Sistema Central y los Pirineos. Los Picos de Urbión es sin duda uno de los destinos sorianos donde los visitantes se maravillan ante el paisaje, de tipo glaciar y salpicado de santuarios de la naturaleza como la propia Laguna Negra o la Laguna Larga, Laguna Helada, Laguna Mansegosa y Laguna del Hornillo.
Abejar es considerada la Puerta de los Pinares, y se caracteriza por presentar al viajero atractivos derivados de los extensos bosques de pino albar a lo que hay que sumar el difrute del Pantano de la Cuerda del Pozo. Destaca también su arquitectura popular, propia de esta zona verde de Soria, denominada casas pinariegas, que comienzan en piedra, ascienden en mamposteria y finalizan en adobe o ladrillo, y donde las vigas de madera dotan a la construcción de un encanto rural y añejo característico. Este tipo de arquitectura también se encuentra en otras localidades de atractivo en la comarca como Casarejos,Talveila, Herrera o Navaleno.
Pero, además, en esta tierra destaca Navaleno, por su especial vinculación con la micología y por la infinidad de parajes naturales que lo rodean y que son, a fin de cuentas, su principal patrimonio. Algo parecido ocurre con Vinuesa, villa conocida como la Corte de Pinares y que, además de alzarse entre los principales reclamos naturales de esta Soria verde, propone al viajero un traslado al pasado a través de sus calles y su arquitectura. Es recomendable dedicar un tiempo al turismo cultural que ofrece este pueblo a través de su patrimonio arquitectónico, como la Iglesia de Nuestra Señora del Pino, de estilo gótico renacentista, o el Puente romano, del siglo II, hundido bajo el Embalse de la Cuerda del Pozo y que sólo aparece cuando el nivel del agua es bajo.
Son sólo algunos de los referentes de esta zona repleta de encantos que nunca deja de sorprender al viajero. Con cada ruta, los visitantes descubren nuevos rincones, parajes y secretos que, junto a los productos a los que da fruto, convierten a estas tierras sorianas en un tesoro al aire libre al que volver.
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